Muchas veces cuando oímos la palabra innovación nos viene a la cabeza imágenes de tecnología y procesos complicados, ajenos, o de empresas gigantes y famosas.
Parecería que el hecho de innovar y realizar algo nuevo es algo extremo, caro, que da miedo, desconocido y que estamos en un juego de azar, donde los valientes se lanzan a una nueva aventura con un arma que no saben usar.
Estos procesos tenebrosos son en realidad estrategias, que bien diseñadas, implementadas y sobre todo entendidas, suponen progreso inminente para la empresa. Embonando el sentido común, la creatividad, los recursos y los valores, para obtener resultados positivos en una empresa.
La innovación es un proceso que deriva en una estrategia, con el objetivo de generar mejoras a lo anterior y sobre todo APORTAR VALOR. Si esto no se logra, no es innovación. Utilizando el sentido común, si realizamos un cambio de cualquier tipo y no es para mejorar, entonces, ¿para qué lo hacemos?
Por lo que la única manera de innovar con sentido, es que esta estrategia tiene que ser implementada, difundida y llegar con éxito a las personas para las cuales fue creada. Todo lo demás que no cumpla estos requisitos, son ideas geniales, pero si no culminan en un resultado no se produce cambio, por lo tanto no es innovación.
Para desarrollar procesos de innovación, se utilizan diferentes metodologías dependiendo de proyecto y los objetivos específicos de la empresa. Como resultado, no toda innovación es necesariamente una inversión multimillonaria, ni productos radicalmente nuevos y sofisticados. El diseñar un servicio o estrategia tiene que tener un objetivo alcanzable, para desarrollar e implementar por la empresa y que cumpla con sus valores y fundamentos. Esta estrategia inclusive puede ser una nueva configuración de los recursos que ya se tienen, que genera una mejor manera en hacer las cosas y por lo tanto un nuevo beneficio tanto dentro como fuera de la empresa.
Este conjunto, hace la innovación, que deja de ser un proceso al azar, a ser una innovación consciente, controlada y real. Porque una tendencia global en el sector empresarial es que ya no puede ir habiendo empresas sin estrategia, sin diseño de servicios, hagan lo que hagan.
Podríamos decir que “La innovación” de la innovación es hacerla accesible, al alcance de todos, es crear información, educación y servicios adecuados. Todo ello para crear empresas con una propuesta de valor real, logrando anticiparse a la competencia y generando productos y servicios basados en las personas.
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