Hoy en día vivimos rodeados de productos y servicios que buscan satisfacer las necesidades más explicitas. La verdad, es que la competencia es dura, y nuestro factor de diferenciación es cada vez más difícil mantenerlo. Cuando buscamos un producto por internet, fácilmente podemos encontrar varias empresas que venden exactamente lo mismo, un sin número de opciones.
Una idea original, es solo el comienzo de un proceso de renovación contínuo ya que en una o dos semanas la idea puede ser copiada, igualada o incluso mejorada por alguna otra empresa. Cada vez más con la apertura de información y tecnología los productos y servicios se parecen más entre sí.
Pero, entonces la pregunta es: ¿Qué es lo que me diferencia del mercado? ¿Cómo puedo desmarcarme de mi competencia?
La creación de valor es un proceso constante, que necesita la continua reflexión de lo que queremos ofrecer y de nuestro trabajo. Para un producto o servicio ya no es suficiente el añadirle extras, extras y más extras. Eso ya no funciona, porque por cada extra que añadimos, en poco tiempo la competencia hará si no lo mismo algo mejor. Es por esto que la diferenciación tiene que venir de otros campos. Así que, ¿qué hacemos? Pues les propongo:
La creación de valor enfocándose en los más importante del mercado: Las personas.
Cuando dejamos de ubicarnos en la carrera contra la competencia y empezamos a pensar en las personas que adquieren o pueden adquirir nuestros productos, comienza la apertura de posibilidades. El buscar dar un beneficio a aquellas personas que sean nuestros clientes, algo que les haga sentir mejor, que les facilite la vida, que les despierte emociones… esa es la clave.
Las soluciones pueden encontrarse dentro del ámbito del diseño, las garantías que ofrecemos, el servicio al cliente y el de postventa, nuestra imagen, la financiación; pero sobre todo lo que le hagamos sentir, aquella experiencia que les haga valorar lo que hacemos por ellos y enamorarse de nosotros.
El primer paso consiste en preguntarse: ¿Cuáles son los valores que rigen mi empresa? ¿Con que valores las personas pueden identificarse? De ahí, definiéndolos, comienza la estrategia. Con estos valores utilizándolos como estandarte de cada una de nuestras acciones podemos diseñar servicios que las personas pueden sentirse identificadas. Así, lograremos no solo nuevos clientes, si no lealtad en los que ya tenemos.
La creación de valor, para que sea real tiene que ser creada de forma honesta, como todo en esta vida, no?
Estoy segura que encontrará muchas ideas que pueda aplicar en su empresa. Piense que no tiene que ser algo costoso o sumamente complejo, muchas veces un solo cambio de actitud en el servicio a cliente, un detalle en la entrega del producto, etc., puede hacer la diferencia. No tenga miedo de dar “sin recibir nada a cambio”, créame que el darle importancia y trabajar para las personas y no para luchar con la competencia, es algo que le dará tranquilidad, bienestar y sobre todo le traerá buenos resultados.
Aquí les pongo 3 empresas que considero buenos ejemplos en la creación de valor: ¿Se le ocurre algún otro? Te invito a dejar tus comentarios y sugerencias.
Livit Spaces.
Parte del ecosistema de apoyo a startups Livit. Livit spaces, ha sido creado para proporcionar a los emprendedores un lugar que lo tiene todo para desarrollar tus ideas y conquistar al mundo. Desde espacios de vivienda, coworking, comida, piscina y hasta espacios deportivos, durante tu estadía podrás concentrarte en tus clientes y proyectos. Este espacio de encuentra en Bali y se ha convertido en un centro de reunión para aquellos trabajadores nómadas que buscan un lugar para aterrizar un tiempo.
BYOBFIT.
Para muchas mujeres, recuperar la línea después de dar a luz es una necesidad difícil de negar. Es difícil sobre todo cuando el bebe es pequeño, dejarlo solo y seguir una rutina diaria de gimnasio o deporte. BYOFIT, ha detectado por vivencia personal de sus creadoras y desarrollado un sistema de fitness, utilizando a los bebes como compañeros de entrenamiento y entrenando aprovechando su peso.