El concepto de «marca querida» se basa en ir más allá de solo cumplir la satisfacción en los productos y los servicios que ofrece. Son aquellas marcas que crean un vínculo emocional con las personas, ya sean sus clientes, proveedores, empleados, etc. Por medio de una relación de amor, lealtad y respeto, que rodean todo lo que hace y comunica.
Parece una cuestión intangible, abstracta y compleja. Pero en realidad es una cuestión de congruencia y lógica. Una marca fría y distante, se pierde, lo importante es transmitir un mensaje, contar una historia, ser una empresa que se queda en la memoria de aquellos que se interesan en ella.
Para ello, las grandes empresas han utilizado mil estrategias para lograr entrar en los corazones de sus clientes y permanecer en ellos. Con el objetivo de crear toda una experiencia antes, durante y después de utilizar el producto.
La cuestión es que, no solo se trata de ir de boca para afuera, se trata construir una ideología propia, que cuenta una historia única y esta está implícita en todos los rincones de la empresa. Para ello es importante incluir a todas las personas involucradas en la compañía, desde quien aceita las maquinas, hasta quien entrega el producto al cliente final. Aquí es donde para empresas grandes, se complica, dado a que se pierden en la burocracia y muchas veces la voz, las ideas y la historia, rebotan en el sistema organizacional.
Pensar que toda relación de amor y cariño, sea una empresa o una persona, se hace de adentro hacia afuera. ¿Están de acuerdo conmigo? No hay mejor manera de enamorar y de llevar una buena relación, que la congruencia plena entre lo que eres y lo que haces. Todas las acciones si no las sientes y no las haces tuyas, la gran mayoría de las veces, se quedan ahí, o peor aún como decía mi abuelita: – “Enseñas el cobre”.
Una startup es una empresa con una historia de funcionamiento corta, en realidad podría ser cualquier empresa de nueva generación. Este término, muchas veces se asocia con empresas con un fuerte tecnológico, relacionado con el mundo digital. Son empresas pequeñas, flexibles, innovadoras, con la necesidad de tener una voz y salir adelante. Casi podemos decir que vivimos en la La Era de la Startup, y por lo tanto es importante marcar la diferencia. Una buena idea es ganarse el corazón de las personas y conservar este vínculo emocional que nos acompañará durante toda nuestra travesía.
Para ser una “startup querida”, una de las grandes ventajas ante las empresas grandes es: el tamaño. Una startup, carece de tanta burocracia y de dificultad para implementar cambios y responder a nuevas ideas de productos y servicios. Esto es un factor vital para aprovechar. ¿Cómo? Escuchar tanto a colaboradores como a clientes acerca de nuevas ideas y opiniones. Si somos capaces de implementar nuevas ideas que surgen de personas que trabajan o consumen nuestro producto, lograremos crear un vínculo de pertenencia y fortaleciendo el vínculo de lealtad. “Se pondrán nuestra camiseta”.
Otro aspecto básico es la transparencia y la comunicación. Comunicar los procesos, las cosas buenas e incluso las malas, esto crea humanidad dentro y fuera de la empresa. A las personas les gusta saber un poco más, conocer el tras bambalinas de nuestra empresa. Incluyamos a las personas, hagámos partícipes de nuestro crecimiento. Contemos nuestra historia. No olvidemos que sin clientes ni colaboradores, simplemente no existimos.
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